El sector de las finanzas siempre ha sido un mundo lleno de términos complicados de entender y de productos desconocidos para el ciudadano medio. Era el caso de los “créditos al consumo”, un tipo de producto financiero que hasta hace pocos años, pasaba totalmente desapercibido.
Sin embargo, a raíz de la grave crisis económica y social que atravesó España, y debido el cierre del crédito por parte de los bancos, se crearon entidades privadas que ofrecían préstamos al consumo sin apenas restricciones, lo que derivó en una progresiva pero constante popularización del producto hasta convertirse en un método de financiación alternativa muy común entre los españoles.
Pero… ¿qué son exactamente los créditos al consumo?. Esto es lo que señala el Banco de España al respecto:
”Son aquellos contratos en los que una persona física en el ejercicio de su actividad comercial, concede a un consumidor un crédito bajo la forma de pago aplazado, préstamo, apertura de crédito o cualquier medio equivalente de financiación, para satisfacer necesidades personales al margen de su actividad profesional, y cuyo importe asciende al menos a 200 euros”.
Es decir, créditos destinados a la adquisición de un automóvil, un electrodoméstico, pagar un viaje, o cubrir los gastos de una boda o una multa de tráfico, por ejemplo.
¿Dónde y cómo solicito un crédito al consumo?
Existen dos maneras de pedir un crédito al consumo. La primera opción es la forma tradicional hacerlo, es decir, acudiendo a tu banco de confianza para solicitar un crédito. Pero, como se ha mencionado anteriormente, debes ser una persona solvente, con una situación económica estable y con buenas previsiones financieras a corto/medio plazo, puesto que deben estar seguros de que podrás devolver el dinero en la fecha acordada.
Otra forma de solicitarlo es a través de entidades financieras de capital privado. En este caso no es necesario que acudas a ninguna sucursal, ni siquiera que salgas de casa, puesto que los tramites se realizan íntegramente a través de Internet. Este producto, conocido popularmente como minicréditos online, apenas tiene restricciones de acceso, dado que es suficiente con tener una cuenta bancaria, ser residente en España y contar con algún tipo de ingreso recurrente (como puede ser la prestación por desempleo, la nómina o la pensión).
Ventajas de los minicréditos
- Posibilidad de aplazar o fraccionar el pago del bien demandado por el cliente, es decir, permite al consumidor utilizar los productos o servicios que requiere sin necesidad de esperar a ahorrar el dinero suficiente como para comprarlo al contado.
- Si lo solicitas a través de un prestamista privado (y no a través de los bancos tradicionales), podrás acceder a este tipo de financiación de una manera relativamente fácil y rápida, sin necesidad de pasar por los trámites burocráticos tan característicos de los bancos.
- Debido a la alta competencia en el sector de los minicréditos online, existen prestamistas que ofrecen préstamos totalmente gratuitos y libres de comisión de cualquier tipo.
Desventajas de los minicréditos
- Si no es usado correctamente, y de manera puntual (como se recomienda), el cliente puede correr el riesgo de entrar en una espiral de endeudamiento.
En definitiva, a la hora de obtener un crédito al consumo, os recomendamos: comprobar las ofertas de todas las entidades de crédito, calcular los costes de la operación (y tener la seguridad de que se podrá devolver la cantidad demandada en el plazo establecido), leer detenidamente el contrato antes de firmar y, por último, no usar este tipo de créditos de una manera constante y abusiva.
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