Los créditos al consumo, también conocidos como préstamos personales, son préstamos de dinero que son utilizados por el que los recibe para adquirir bienes o servicios de cualquier tipo, ya sea un coche, un viaje, realizar una reforma en su casa, adquirir muebles o electrodoméstico, o emprender cualquier tipo de proyecto personal.
Casi todas las entidades financieras ofrecen créditos al consumo, ya que, en principio, son los préstamos que les otorgan una mayor rentabilidad al tener tipos de interés más altos que otro tipo de créditos como, por ejemplo, los préstamos hipotecarios, y esto es así debido a que el riesgo que asume el banco al prestar dinero para un crédito al consumo es mucho mayor que para otro tipo de créditos, ya que por lo general el único requisito que los bancos exigen es el tener una nómina que permita hacer frente a las cuotas mensuales.
En este artículo pretendemos daros a conocer los distintos tipos de créditos personales que existen actualmente en el mercado.
Crédito personal clásico
Estos créditos personales son los más tradicionales y extendidos entre las entidades financieras y bancos. Utilizando este tipo de préstamo el consumidor financia el importe de cualquiera de sus compras a través del pago aplazado de las mismas.
Son créditos de duración fija de manera que el solicitante sabe el número de cuotas y el coste de las mismas para que el crédito quede totalmente amortizado y cancelado. Lo normal es que estas operaciones se realicen a un tipo de interés fijo ya que suelen ser operaciones a corto plazo.
Dentro de este tipo de créditos por demos encontrar diferentes subtipos:
- Crédito reforma: son prestamos que se deben utilizar para realizar cualquier tipo de reforma en nuestra casa. Para este tipo de gastos, a veces resulta más económico pedir una ampliación de la hipoteca que acudir a un préstamo personal.
- Crédito coche: si tenemos una nómina que podamos ofrecer como garantía para la concesión del préstamo, son muchas las entidades financieras que estarán dispuestas a dejarnos dinero para la compra de un coche. Está claro que un coche es un artículo caro cuya compra requerirá, en muchos casos, el pedir un préstamo.
- Crédito moto: lo mismo que el crédito coche pero en este caso será utilizado para comprar una moto.
- Crédito proyecto: todo el mundo tiene aspiraciones, ideas e iniciativas que terminan en el diseño de un proyecto, pero muchos de ellos requieren un desembolso inicial importantes. Algunos bancos, si les gusta nuestra idea o disponemos de los avales necesarios, conceden préstamos para que podamos hacer realidad nuestro proyecto.
Crédito personal rápido
Son créditos que las entidades financieras conceden de forma rápida, generalmente en menos de 24 horas y para los que no se suele requerir ningún aval, es decir, sin la necesidad de que intervengan terceras personas que garanticen el pago del préstamo en caso de que nosotros no pudiéramos hacer frente a las cuotas. En algunos casos se pueden contratar directamente a través del teléfono, de una manera totalmente flexible. Tienen el inconveniente de que los tipos de interés suelen ser altos.
Crédito revolving
Son préstamos que se gestionan a través de una tarjeta de crédito, para ello dicha tarjeta de crédito debe admitir la forma de pago aplazada. En este caso el banco nos concede una línea de crédito que nos permitirá disponer de dinero hasta un límite determinado.
Lo normal es que si cada mes pagamos la totalidad de la deuda contraída en nuestra tarjeta de crédito, el banco no nos cargue ningún tipo de interés. Pero si por cualquier causa no podemos hacer frente al pago y decidimos aplazarlo, entonces es como si el banco nos estuviera concediendo un préstamo y, por ende, nos cargará intereses por la cantidad pendiente de pago.
Con una tarjeta de crédito de tipo revolving podremos disponer de dinero independientemente de si disponemos de saldo en nuestra cuenta del banco y sin necesidad de solicitar un préstamo. Lo normal es que podamos determinar nosotros mismos la cuota que queramos pagar mes a mes, siempre que esta supere ciertos valores mínimos que suelen ser el cinco por ciento de nuestra capacidad de endeudamiento. El tipo de interés en este tipo de operaciones suele ser variable y bastante alto, siendo por lo general mucho más recomendable acudir a un crédito rápido o un crédito personal clásico.
Crédito sin intereses
En algunas ocasiones las tiendas ofrecen la posibilidad de adquirir determinados artículos a plazos sin que al comprador se le aplique ningún tipo de interés o coste extra. En este caso las cuotas se determinan dividiendo el precio del producto comprado por el número de meses que nos permiten aplazar el pago.
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