Las fórmulas de coches en renting se están imponiendo, cada vez más rápidamente, entre los trabajadores por cuenta propia. Y es que las ventajas son cada vez mayores a medida que aumenta la demanda de este tipo de servicios y, consecuentemente, la competencia entre las compañías que los ofertan. Pero, ¿qué debe saber un autónomo sobre el renting flexible y el renting tradicional? ¿Cuáles son las diferencias y cuándo nos puede convenir más una u otra fórmula?
El renting ofrece, como primera baza, comodidad al trabajador autónomo. Pagando una cuota mensual nos podemos olvidar de las preocupaciones relacionadas con el mantenimiento del vehículo, así como de los papeleos que conllevan los seguros o las tasas. En el formato tradicional de renting, se paga dicha cuota en concepto de alquiler de un coche (o coches, si necesitamos una flota) durante un tiempo pactado por contrato, generalmente cuatro años, o por una cantidad de kilómetros determinada.
Pero además, el renting tiene una serie de ventajas asociadas. En primer lugar, la fiscalidad, ya que las cuotas se consideran, como se ha señalado anteriormente, alquileres, por lo que un autónomo se podrá deducir hasta el 100 por 100 del impuesto de sociedades y al menos un 50 por ciento del IVA. Otra ventaja es el tema de la liquidez, muy importante en los tiempos que corren por la falta de flujo crediticio hacia las empresas, y que viene relacionado con el hecho de que no necesitaremos afrontar la inversión en un bien caro como es un coche. Por último, estaría un factor de los denominados “intangibles” y es la presencia o imagen que otorga poder contar con vehículos nuevos cada poco tiempo.
En cuanto al renting flexible, se trata de una modalidad que cada vez ofertan más compañías de renting, precisamente por el aumento de la competencia en este sector. En este formato, las cuotas mensuales suelen elevarse, pero a cambio, la duración del renting no se prefija en una duración determinada como en el formato tradicional si no que se mueve en un intervalo generalmente de entre 1 y 60 meses. También se nos permite interrumpir el contrato en cualquier momento sin penalizaciones, algo que es sin duda útil en rachas de incertidumbre económica para los autónomos.
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