Estos son momentos difíciles y muchas personas necesitan préstamos personales para salir adelante, pero estar en ficheros de morosos es un problema serio. Sin embargo, existen formas de salir: ya sea pagando tu deuda o contactando con empresas especializadas en la gestión de ficheros de morosos.
Si necesitas un préstamo y el banco no te lo concede porque apareces en el fichero ASNEF, o en cualquier otro registro de morosos, a pesar de que es complicado, existen maneras de conseguirlo si cumples con algunos requisitos.
Cómo conseguir un préstamo privado estando en el ASNEF
Cuando la banca tradicional no nos ofrece posibilidades de financiamiento, el capital privado es la única opción para acceder a los préstamos con ASNEF. Si el banco nos deniega un crédito por morosidad o cualquier otra razón, lo único que necesitaremos para acceder a un préstamo privado es disponer de algún tipo de propiedad o aval que nos respalde.
Si se cumple con este requisito es posible conseguir un préstamo con ASNEF. A diferencia de lo que ocurre con la banca tradicional, donde los trámites para solicitar un préstamo suelen prolongarse mucho en el tiempo y resultar muy tediosos, a través de financieras de capital privado los créditos se otorgan sin necesidad de aportar demasiada documentación.
En qué consiste el capital privado
La financiación a través del capital privado tiene muchas peculiaridades, pero de forma muy breve se puede decir que se trata de un tipo de financiación alternativa a la banca, con la particularidad de que, para poder acceder a la misma, no es necesario aportar todas las garantías requeridas por bancos y cajas de ahorros. Tanto es así, que incluso estando en el ASNEF se puede acceder a préstamos de este tipo.
Los clientes de estas empresas de financiación privada pueden tener un historial de morosidad malo, pero si se puede determinar que se tratan de personas o empresas que tienen capacidad para reembolsar el préstamo, entonces la concesión de dicho préstamo está más que asegurada. Y así, una vez recibido el dinero, podrán cubrir cualquier necesidad de liquidez temporal.
Características del ASNEF
Entidad financieras, compañías de seguros o empresa de suministros de teléfono, luz, agua o gas, pueden registrarte en el fichero ASNEF cuando les debes dinero. Puedes haber entrado en la lista por el simple hecho de no cancelar correctamente un servicio y estar acumulando deuda sin llegar a ser consciente de ellos. El problema es que cuando nos encontramos en el ASNEF, ningún banco nos va a conceder un crédito.
Antes de que nos incluyan en el ASNEF, la empresa que vaya a hacerlo debe avisarnos de que nos van a registrar en el fichero. Lo cierto es que muchas veces nos acaban dando de alta sin nosotros saberlo. Basta con negarse a pagar alguna factura que se consideremos injusta, sin importar el importe ni el motivo de nuestra reclamación, para que una empresa proceda a incluirnos en el ASNEF.
Lo cierto es que estar en el ASNEF no significa que no se tenga liquidez o solvencia para hacer frente a las cuotas de un préstamo. Incluso estando en ASNEF, se pueden tener suficientes ingresos o capital para poder devolver un crédito, y esto las entidades de financiación privadas lo saben.
Cómo salir del ASNEF
Una vez que nos han dado de alta, la siguiente pregunta que nos vamos a hace es cómo salir de ASNEF. Para salir de ASNEF existen dos formas:
- Pagar la deuda pendiente. En este caso la eliminación debe ser inmediata, aunque a veces se puede demorar durante semanas por problemas burocráticos.
- Esperar seis años a que el registro expire. Esto no significa que la deuda haya terminado y la empresa puede volver a incluirnos.
Consejos al solicitar un préstamo con ASNEF
A continuación, en base a nuestra experiencia, os vamos a dar algunos consejos a la hora de solicitar un préstamo con ASNEF:
- Nunca hay que tomarse la solicitud de un préstamo a la ligera. Un crédito conlleva un compromiso con una institución financiera que no se va a poder eludir. Hay que tener la total certeza de que se va a poder hacer frente a las cuotas del préstamo.
- Debemos pedir sólo la cantidad de dinero necesaria.
- Hay que leer con detenimiento el contrato de financiación y los términos del servicio.
- Debemos elegir una empresa regulada, que cumpla con toda la normativa vigente (Ley 2/2009 de 31 de marzo) y que esté inscrita en el Registro Estatal de Intermediarios Financieros.
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